jueves, 10 de enero de 2013

Decía mi abuelo

Los mejores consejos que me han dado
son citas inventadas que puse en boca de mi abuelo.

Mi abuelo decía que lo que no te mata acabará por hacerlo
y que llegado el momento si no lo hace
espera,
estate quieto no te muevas,
acabará ocurriendo.

Mi abuelo decía que las oportunidades no pasan dos veces en la vida,
que no se te escapará ningún tren,
tranquilo,
esta estación está siempre vacía,
no hay trenes
ni hombres con sombrero
ni mujeres que sostienen pañuelos al viento.
Pero siempre estará el bar abierto
sirviendo café bien cargado a los que esperan,
nerviosos,
la oportunidad que nunca llega.

Mi abuelo decía que nunca aprendiese a encajar los golpes,
que el dolor nos hace más duros pero menos fuertes
más quebradizos e indolentes
y que eso
-decía mi abuelo-
era la mayor tragedia del hombre,
y que eso
-decía mi abuelo-
era peor que la peor muerte
porque eso
-decía mi abuelo-
es vivir sin latido y sin nervio,
vivir sin miedo ni hambre,
sin llanto
ni sangre.

Eso,
decía mi abuelo,
es lo que hacen aquellos que temen
la parte de muerte que encierra la vida
y el tipo de vida
que espera la muerte.