jueves, 1 de diciembre de 2011

Fue en Madrid

Al principio fue un juego:
llamábamos a la casa piso franco,
a la biblioteca almacén de armas,
salir a fumar hacer la ronda.

Luego nos convertimos en un comando:
el coche, infraestructura de transporte,
la limpieza semanal en zafarancho de combate.

Convertimos los actos sencillos
en categorías trascendentes 
de resonancia militar.

Un día te marchaste a por provisiones
y nunca mas regresaste.
Hice acopio de armas y pertrechos
y desde entonces
no he dejado de disparar.