martes, 7 de junio de 2011

Naufragio

Una gota se desliza por su entrepierna
no huele a destilado de sándalo
ni a bergamota.

En el iris de su mandala
chocan aguas de mar saladas
ácidas
radioactivas
aguas fecales, antes estancadas.

Reboto contra las paredes violentamente
perturbación
en forma de galerna.

Me agarro a los restos del naufragio
tablones de madera
cadáveres flotantes
tratando de llegar a tierra firme.
En vano.

Un tsunami orgásmico
la Dama Blanca en forma de ola
eyaculada hacia el interior de la caverna
y yo
no
puedo
más que cubrirme el cuerpo
aun a flote
y esperar
a que llegue
la calma.